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Viajar solo

Mi primera experiencia viajando solo fue en el 2011. Aprovechando un congreso en Parma, cogí una semana de vacaciones y me fui para allá. Estuve dos días en el congreso y luego recorrí durante 5 días, por mi cuenta, Ferrara, Bolonia, Modena y Verona, un inicio descafeinado. 

 

En el extranjero no soy de los que primeramente inician las conversaciones pero si me hablan no las rechazo. Principalmente porque mi inglés, a la hora de comprender se me da relativamente bien, pero a la hora de hablarlo tengo más problema y las conversaciones que puedo tener suelen terminar siendo muy simples por lo que me da una pereza enorme. No tengo problemas en defenderme, si la situación lo requiere y el otro quiere entenderme. Si es en Español sí que me gusta intercambiar algunas palabras aunque tampoco soy de los de contar mi vida al primero que pase. En este primer viaje que hice solo por Italia puedo decir que hablaría con 4/5 personas como mucho. 

 

Aquella primera experiencia fue algo Light, poco tiempo y en Italia que es prácticamente como España. Estuve muy cómodo y disfrute mucho, se me quedó el gusanillo de ver como sería un viaje más largo y con el paso del tiempo empecé a decidir que tarde o temprano tendría que hacer un nuevo viaje solo.

 

Por mi parte siempre he preferido viajar con alguien pero hay veces que las circunstancias no te dan la opción de irte acompañado. Lamentablemente ningún conocido podía hacer un viaje de más de 20 días por esas fechas así que me lancé a Nepal. En un primer momento pensé en buscar compañeros por internet pero preferí irme solo al riesgo de irme con alguien con quién no congenie, me saque loco o haga el viaje incomodo. Creo que sin conocer a la persona es muy probable que eso pase.

 

Como lei en un foro, cuando empiezas a preparar un viaje solo puedes caer fácilmente en muchos clichés: El pensar que todo va a ir bien, que conocerás un montón de gente, que uno se encontrará a sí mismo y que volverá cambiado. 

 

Lo de que todo va a salir bien es un optimismo que es bueno tenerlo pero que no debe de dejar que descuidemos la preparación del viaje. Cuando uno va solo cualquier error puede costar muchísimo solucionarlo. Una tontería estando acompañado puede ser mortal estando solo, sobre todo haciendo trekking. Yo dediqué mucho tiempo a preparar muy bien el viaje y he tenido suerte y no me he encontrado con problemas y los pocos que he tenido los he podido solucionar. Aún así, tienes que tener una flexibilidad importante para cambiar planes según las circunstancias.

 

Lo de conocer a mucha gente dependerá de cada uno. Yo he conocido gente y me he relacionado en el viaje, principalmente en la parte del trekking del Everest. Es un trekking en el que, repetidamente, coincides con la misma gente tras el final de cada etapa. Coincidí primero con un Surcoreano con el que no me sentía muy cómodo, resulta un inconveniente pero es fácil decir "Voy a mi ritmo nos vemos" y problema resuelto. Conocí a un chaval Suizo con el que congenié y con el compartí más días, sobre todo los momentos post etapa en donde venía muy bien y con el que me llegué a reír bastante. La segunda mitad del viaje conocí menos gente y fui más solo pero porque yo lo decidí y me mostré menos comunicativo, además llevaba un planning en el que era más difícil coincidir con la misma gente al finalizar el día. 

 

Mi inglés no es muy bueno pero me pude comunicar perfectamente con todo el mundo. Por norma general la gente que me encontré viajando sola no tenía problemas en hablar con los demás e incluso tienen ganas. Mucha gente tiene experiencia previa y están acostumbrados a relacionarse con gente que no habla bien el ingles por lo que se muestran facilitadores a la hora de conversar si tu inglés no es muy bueno. Entre la gente que va sola noté que hay como un sentido común en el que se respetan espacios y los ritmos de cada uno. Mucha gente cuando te ve viajando solo siente curiosidad por lo que es fácil que inicien conversaciones, tú decides si quieres mostrarte más o menos abierto

 

Me resultó muy agradable estar solo hablando eventualmente con algún local o con la gente con la que coincides por la noche en los hostales. Se dice que no hay mejor soledad que la buscada y lo cierto es que es así. En ningún momento me cansé de estar solo ni sentí un atisbo de aburrimiento o soledad en el sentido peyorativo. Es cierto que a veces piensas "¿Qué narices hago aquí?" o "Se me ha ido de las manos" pero son sensaciones que duran poco ya que al estar en un contexto tan nuevo rápidamente se te va la atención a otra cosa mucho más agradable que hace que el tiempo se te pase volando, no te da tiempo para aburrirte.

 

El tema de encontrarse con uno mismo y volver cambiado es más personal. Por mi parte no he tenido ningún cambio existencial ni nada que se parezca, sigo siendo el mismo. Por ahora, en ningún momento me he perdido como para que me haga falta encontrarme en un viaje. Entiendo que haya gente que busque eso y haciendo un viaje solo te da tiempo para pensar mucho por lo que es un buen ejercicio de reflexión, desconexión y ruptura con la rutina, eso está claro.

 

Mi objetivo del viaje no era conocer gente, no era aislarme del mundo, encontrarme a mi mismo o llegar al zen con los budistas. Mi objetivo del viaje era la naturaleza, los paisajes, las montañas y el escenario cultural que rodea a Nepal. Desde un punto de vista psicológico es cierto que un viaje solo fomenta la independencia con lo que conlleva a la hora de afrontar miedos en el día a día normal. Me veo más decidido y con menos miedos a la hora de plantear un nuevo viaje y eso es algo que se consigue viajando solo. Para mi ha sido una experiencia brutal, en un principio dije que si pudiera elegir lo haría acompañado pero tras el viaje puedo decir que si pudiera elegir lo volvería hacer tal y como lo he hecho.

 

Está claro que viajar solo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Lo bueno fue la libertad de decisión, la típica discusión sobre a donde ir o qué hacer desaparece, el ver algo precioso y tener la sensación de quedártelo para ti como si fuera un secreto, el poder parar y tomarte algo o cambiar el plan en el último momento sin mediar palabra. Cuando algo sale mal el enfado dura menos, como no lo puedes compartir no tienes con quien alimentarlo y terminas pasando rápidamente a otra cosa. Tengo muy buenos recuerdos que son únicos solo por el hecho de ir solo: el caminar de noche por el bosque, el primer día buscando el hotel en Katmandú, el amanecer desde High Camp en Mardi Himal, cuando decidí seguir andando hasta Ghandruk, los momentos andando sin hacer ruido para no espantar los faisanes… Son momentos que acompañado o no los hubiera hecho o no podrían haber sido iguales.

 

Como todo tiene sus cosas malas. Es muy difícil reír solo. Ese es quizá el aspecto más negativo. Si sociabilizas siempre tendrás tus momentos de bromas pero serán menos frecuentes pero al igual que son menos frecuentes los enfados. El no poder compartir impresiones o el no poder hablar durante largo tiempo. No poder compartir la ilusión del viaje o ver en la cara de tu pareja la misma emoción que puedes sentir tú. Los recuerdos que persisten del viaje son imborrables pero también son diferentes al no poder compartirlos con nadie en el día a día. Tuve momentos malos que fueron peores por el hecho de ir solo: el decidirme a comer el primer día, cuando cancelaron el vuelo a Lukla, cuando anduve durante horas bajo la lluvia, el momento que me descubrí la sanguijuela o los momentos en que echas de menos a alguien por no poder compartir la espectacularidad de lo que ves.

 

Al principio del viaje tenía muchos miedos por el hecho de irme a uno de los países más pobres del mundo con posibles problemas de delincuencia o enfermedad. Miedo a que me pasara algo estando solo y no poder recibir ayuda, miedo a desaparecer… Ahora pienso que los miedos eran una auténtica tontería que me quitaron mucho tiempo, si uno está preparado y acepta la frustración de lo inevitable se pude superar cualquier inconveniente. Eso no quita que viajando te pueda pasar algo pero si lo que uno quiere es reducir la probabilidad de que pase algo, debería quedarse en casa. Lo malo es que en casa el Everest lo ves pero en fotos y ni así conseguirías riesgo 0. 

 

La cuestión clave que me hice fue es: Si no lo hago y en el futuro me preguntan si me arrepiento de no haberlo hecho diría claramente que sí, que debí haberlo hecho. Así que como la vida no es reversible allá que me lancé. Me quedo con la sensación del final del viaje de no querer volverme de querer continuar con el mismo ritmo un mes más incluso, si por mi fuera, un año mas. 

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