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Día 1: Kathmandú

Nada más llegar desde el avión ya es un espectáculo, se comienza viendo un terreno muy montañoso y poco a poco se van viendo los Annapurnas prácticamente a la misma altura que el avión. Se ve todo verde, ni pueblos ni carreteras, solo ríos y montañas y de golpe el valle de Kathmandu inmenso lleno de casas bajas. Parece mentira que ayer estuviera en Albacete y ahora aquí.

 

Al bajar del aeropuerto se forma una cola enorme para los visados, yo como me saque el visado en España en 5 minutos estoy fuera recogiendo la mochila y haciendo la tarjeta de datos. El aeropuerto es muy cutre y caótico pero comparando con lo que me esperaba era de ciencia ficción.

 

Al salir está el de mi hotel esperando. Con un Namaste Mr Daniel me mete en el coche y empieza la locura. Mira que en Jordania era de locos pero es que aquí no caben más coches o motos! En el primer cruce un mono cruza la carretera saltando encima de nuestro capo, yo flipando. El olor es a gasolina, todo huele a gasolina y polvo, al no estar pavimentado el ambiente es asfixiante y entiendo porque muchos llevan mascarilla. Kathmandu huele a gasolina, que romántico.

 

Una vez en el hotel voy en busca de Nirmal, el hombre que me ha gestionado los permisos y vuelos internos, Nirmal no está y me encuentro a su ayudante, un chaval con ganas de hablar y que al igual que a mí me llama la curiosidad yo se la llamo a él y me pregunta sobre como vivo en España. Cuando le enseño el GPS ha salido loco, no había visto uno en su día y se ha salido a la calle y todo para ver que era verdad lo que decía. Después de un te vamos a gestionar los permisos. Esperando estoy acompañado por una pareja de mi edad, me preguntan de dónde soy y empezamos a hablar, me dicen que son persas iraníes y van hacer la misma ruta que yo pero escalando, cada uno lleva una mochila de 30 kilos con el equipo y todo, por ahora me voy manejando bastante bien con el inglés aunque soy consciente de que gramaticalmente diré burradas pero por ahora me comunico bien.

 

Con lo permisos hechos me quedan 3 horas de luz por lo que por muy cansado que este dejo la mochila y me voy andar siguiendo el GPS.

 

La ciudad es algo que para mí no tiene comparación, la cantidad de religiones y la gente haciendo sus ritos en la calle recuerda a jerusalem pero todo más caótico y más bizarro. La gente besa un montón de dioses, lo que mas se ve son hinduistas, se pintan la cara se ponen flores en el pelo, tocas campanas... hay de todo. También se ven monjes budistas y unos Hare Krisna montando la fiesta en la plaza principal, los templos están por todas partes y con la guía mas o menos me voy enterando de que es cada cosa, es curioso que en los templos, aunque sean del siglo XVII la gente está sentada, vendiendo cosas como si nada, ningún tipo de protección. La plaza principal es lo más bonito sin duda.

 

Lo más feo sin duda es el tema de los niños, se ven niños sucios, descalzos, con pinta de desnutridos andando y buscando por los montones de basura, en una calle están de obras y los obreros son niños de 7/8 años con palas y picos. Se ve mucha gente completamente borracha, estas sentado y se te para un ricksaw ofreciéndote una vuelta por 10 rupias e (10 céntimos) y el tío lleva una castaña impresionante. Lo de los perros sin se veterinario me atrevo a decir que mínimo es sarna, hay que llevar cuidado porque se restriegan con la gente de lo que les picara el cuerpo. La verdad que en todo esto los turistas parecemos unos voyeurs de primera.

 

Anocheciendo y con la nariz reseca y con el olor a gasolina metido hasta el encéfalo me voy para el hotel. Llevo prácticamente todo el día sin comer y paso de jugármela probando cosas el primer día así que me pillo una lata de atún, unos plátanos y con un bocata que me quedaba y una empanadilla me apaño.

 

A los 8 estoy acostado y duchado, el cansancio es importante pero el solo hecho de haber conseguido llegar hasta aquí, pasear por Kathmandu y moverme de forma totalmente independiente ya me deja con el objetivo del viaje satisfecho.

 

Mañana a las 4 en pie porque a las 6 sale el avión al parque del everest. Mañana otra odisea, solo el aterrizar sera un espectáculo ya que el aeropuerto de lukla esta considerado como uno de los más peligrosos del mundo, a 2800 metros de altura, la pista tiene 450 metros de longitud y una inclinación del 12 %. Ademas las condiciones meteorológicas tienen que ser idoneas para que se vuele por lo que no es seguro que pueda volar mañana. Con un aeropuerto la pregunta es porque volar? pues porque el porcentaje de accidente en bus es más elevado y se tardaría en llegar 10 horas en bus y 6 dias andado.

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