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Día 14: Kathmandu Oeste

El aeropuerto de Lukla es una locura, resulta que llevan dos días sin salir aviones por lo que está lleno de gente al borde de los nervios. Hoy hace buen día pero aquí el que vuelen aviones depende del tiempo en Kathmandu y en Lukla, conforme avanza el día el tiempo siempre empeora y a partir de las 12 no suelen salir aviones.

 

Yo tengo mi avión para las 8:30 por lo que la espera se hace tensa desde las 7 de la mañana. Suena un timbre que significa que la primera tanda de aviones ha salido de Kathmandu, la gente se pone como loca aplaudiendo pero a mí me toca esperar a la segunda tanda.

 

Cuando empieza el check in de mi tanda es casi una pelea, la cola se convierte en una marabunta hacia el mostrador y yo que estaba el primero me falta meterle el billete al tío en la boca para que lo coja. Son muy listos, saben donde está el negocio y si vas sin guía no eres nadie por lo que primero atienden a los guías aunque a mí, por cansino, me ha cogido el billete rápido después de 200 please. El siguiente paso es esperar en la sala de salidas a que lleguen los aviones.

 

Al llegar el primero todo el mundo se apelotona en la puerta, el segundo avión es el mío y con 15 minutos de antelación el avión despega! El despegue es de cachondeo porque al ser la pista tan corta el avión va cuesta abajo y al terminar la pista no es que despegue es como si saltara.

 

La verdad que he tenido más suerte que un tonto porque aquí la gente dos días esperando para volar y llego yo y a la primera lo consigo e incluso antes de hora. No me puedo imaginar dos días en Lukla, allí no hay absolutamente nada que hacer salvo tomar tes o cervezas a precios desorbitados.

 

Ya en Kathmandu la mañana la dedico a los permisos del siguiente trekking y los billetes para mañana, todo esto acompañado de Pasang, que es el Nepalí que me lo gestiona, que ha estado 20 minutos diciéndome lo mucho que odia a los chinos porque se están cargando la cultura nepalí.

 

Por la tarde visito el Templo de los monos. Se llama así porque está lleno de macacos. Es un templo donde se mezcla Hinduismo y Budismo, hoy coincide una festividad hinduista y el templo está lleno de gente haciendo la puja. La puja es la entrega de comida a los dioses. Entregan arroz, pétalos y los más bestias pescados y platos, nunca mejor dicho, dignos de Dioses. Es bonita la mezcla de religiones de hinduismo y budismo, la imagen de buda la reverencian y le ofrecen pujas como a la de Siva o cualquier otro de los dioses. Al fin y al cabo toda la comida que ofrecen a los Dioses se la comen los monos y los perros. Como serán los monos que lo propios Nepalíes se apartan cuando se acerca uno. Tienen una mala leche importante y si te ven algo que les interesa se te tiran. A una mujer se le ha tirado un mono para quitarle una bolsa de arroz. El templo es muy bonito y está en lo alto por lo que las vistas de Kathmandu son muy chulas. El ambiente es caótico pero muy curioso.

 

Después del templo me vuelvo a pasar por la plaza principal de Kathmandu y al fin encuentro el templo de las figuras eróticas, se suponen que representan a Siva y Parva ti creando el mundo...

 

Al llegar al hotel me encuentro con Max. Me dice de un sitio para cenar que recomienda y que tiene fama por sus bistecs así que para allá que vamos, por 15 euros un filete de 600 gramos bien bueno. Después de dos semanas sin comer carne sabe a gloria.

 

Mañana voy para Pokhara para hacer el trekking de Mardi Himal. Una ruta poco turística y que pasa por zona de bosque subtropical hasta el campamento base de Mardi Himal desde donde se ven los Annapurnas. Esta parte en principio voy solo ya que Max va a Pokhara pero no coincidimos los mismos días.

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